Disertación y dilema XII OFRM

 A continuación, os presentamos los textos que ha seleccionado la organización de la olimpiada regional para la XII olimpiada de la Región de Murcia  «La locura. Don Quijote en el mundo actual».




El texto que se aporta como estímulo para el desarrollo de la disertación es el siguiente:



«Así, fatigado deste pensamiento, abrevió su venteril y limitada cena; la cual acabada, llamó al ventero y, encerrándose con él en la caballeriza, se hincó de rodillas ante él, diciéndole:

—No me levantaré jamás de donde estoy, valeroso caballero, fasta que la vuestra cortesía me otorgue un don que pedirle quiero, el cual redundará en alabanza vuestra y en pro del género humano. El ventero, que vio a su huésped a sus pies y oyó semejantes razones,estaba confuso mirándole, sin saber qué hacerse ni decirle, y porfiaba con él que se levantase, y jamás quiso, hasta que le hubo de decir que él le otorgaba el don que le pedía.

—No esperaba yo menos de la gran magnificencia vuestra, señor mío —respondió don Quijote—, y así os digo que el don que os he pedido y de vuestra liberalidad me ha sido otorgado es que mañana en aquel día me habéis de armar caballero, y esta noche en la. capilla deste vuestro castillo velaré las armas, y mañana, como tengo dicho, se cumplirá lo que tanto deseo, para poder como se debe ir por todas las cuatro partes del mundo buscando las aventuras, en pro de los menesterosos, como está a cargo de la caballería y de los caballeros andantes, como yo soy, cuyo deseo a semejantes fazañas es inclinado.»

Don Quijote de la Mancha, 1ª parte, cap. III

A propósito del pasaje, ¿rebelarse contra lo establecido, luchar contra las injusticias en el mundo actual, es locura o lucidez?




En la modalidad de dilema planteamos la siguiente situación:


«La aventura va guiando nuestras cosas mejor de lo que acertáramos a desear; porque ves allí, amigo Sancho Panza, donde se descubren treinta o pocos más desaforados gigantes, con quien pienso hacer batalla y quitarles a todos las vidas, con cuyos despojos comenzaremos a enriquecer, que esta es buena guerra”. —¿Qué gigantes? —dijo Sancho Panza. —Aquellos que allí ves —respondió su amo—, de los brazos largos, que los suelen tener algunos de casi dos leguas. —Mire vuestra merced —respondió Sancho— que aquellos que allí se parecen no son gigantes, sino molinos de viento, y lo que en ellos parecen brazos son las aspas, que, volteadas del viento, hacen andar la piedra del molino.»

Don Quijote de la Mancha, 1ª parte, cap. VIII



En clase de Filosofía los alumnos han leído este pasaje del Quijote y alguien ha recordado que aquí Cervantes podría estar sugiriéndonos, alegóricamente, que lo que el sentido común ve como empresas imposibles o causas perdidas de antemano, no obstante puede ser un imperativo ético. Algo así como que, independientemente de que consigamos darle la vuelta a las graves injusticias del mundo actual (y no faltan ejemplos), debemos enfrentarnos a ellas. Quizás, comenta un compañero, debamos actuar como Alonso Quijano y desafiar a los molinos-gigantes que nos rodean, aunque parezca descabellado o loco.

Enseguida un compañero relaciona la cuestión con el caso concreto de las guerras actuales, como la de Ucrania o, sobre todo, la de Gaza, para expresar que se puede y se debe estar en contra de la guerra y la matanza indiscriminada de civiles, pero que eso es una cosa y otra muy contraria es pensar que un individuo, un joven de 15 o 16 años, puede lograr un cambio al respecto con sus acciones. Es, por tanto, una locura pretender enfrentarse a injusticias de tal magnitud. ¿Qué puede hacer un alumno de 4º ESO para detener las masacres? Y además podría incluso salir perjudicado, por ejemplo siendo tachado de antisemita o, peor aún, nazi. De hecho Alonso Quijano acabó mal parado al enfrentarse a los molinos-gigantes.

Pero entonces otra compañera le contesta recordando el caso concreto de la activista Greta Thunberg, quien empezó con incluso menos edad manifestándose contra el cambio climático a las puertas del parlamento sueco. Entonces era una protesta simbólica y aislada pero con su perseverancia se transformó en un icono mundial que despertó muchas otras conciencias y alentó multitud de acciones, asociaciones, voluntarios por el clima, etc. De hecho ella misma ha reaparecido a propósito de la causa palestina en una de las “flotillas de la libertad”. Y, aunque no logró llegar a Palestina ni abrir un pasillo humanitario, sin duda aguijoneó a otros para seguir su ejemplo. Por lo tanto, tiene sentido enfrentarse a esos molinos injustos, tomando la imagen quijotesca, y no dar tales causas por perdidas de antemano.


¿Tú qué piensas? ¿Tiene sentido actuar contra las grandes injusticias de nuestro tiempo que afectan a los más vulnerables, o hay que ser realistas y aceptar que no todo depende de nosotros y menos aún sucesos tan complejos?

                                                                  Dilema aportado por el profesor Javier Fernández Valero